viernes. 19.04.2024

Arturo Domínguez, el hombre que está siendo juzgado como presunto autor del doble crimen de Arbo (Pontevedra), era una persona que estaba "obsesionada" con las dos víctimas, especialmente con Beatriz Rodríguez, su expareja, a la que vigilaba y seguía "constantemente" tras el cese de la relación sentimental.

 

Por el tribunal de la Audiencia de Pontevedra han pasado hoy una veintena de testigos, entre ellos familiares y amigos de las víctimas, Beatriz y su novio Sergio Rodríguez, que fueron hallados en julio de 2015 con disparos en la cabeza en el interior de un coche. La hermana de Beatriz ha asegurado que el acusado le dijo tras la ruptura que "si no era para él no era para nadie" y que, en otra ocasión, fue más específico en sus amenazas y le manifestó "le iba a pegar un tiro a los dos y a enterrarlos con una pala".

 

La mujer, que acogió a su hermana en su casa tras la ruptura de la pareja, explicó que "desde el primer momento" sospechó de que su excuñado "les había hecho algo", ya que las víctimas eran "conscientes" de que Arturo les perseguía "continuamente" y que su hermana tenía "miedo", tras haber sufrido malos tratos en el pasado. Estas amenazas las confirmó también la madre de Beatriz, que a las preguntas del fiscal, afirmó que Arturo, al final de la relación, solía llegar a casa "muy agresivo" y que amenazaba a su hija con quitarle la custodia de la niña. "Tiene que estar conmigo. Si algún día está con otro yo le pego un tiro", fue una de estas advertencias, según el relato de la progenitora de una de las dos víctimas del crimen.

 

La tía materna de la joven, que confirmó haber sido testigo de los malos tratos, ha añadido que Beatriz "tenía más miedo por Sergio que por ella" y un amigo de éste garantizó que la víctima "sabía que estaba siendo vigilado por amigos de Arturo" y que, tras recomendarle que cortara la relación, le dijo que "si la dejo ahora él la mata".

 

El dueño del bar en el que trabajaba Beatriz ha confirmado que la joven "llegó varias veces sin cenar y toda golpeada" y un amigo del acusado, con el que solía salir a cazar, ha añadido que el día del crimen "no era el Arturo de siempre" y que lo encontró "muy raro y desorientado". Otros dos amigos de Arturo Domínguez reconocieron haberle acompañado en la vigilancia a Beatriz, uno de ellos ha especificado que "hasta 4 o 5 días a la semana" y durante varios meses, y que llegaron incluso a controlar a qué hora se conectaban al WhatsApp las dos víctimas y otras personas de su entorno "para saber si hablaban entre ellos".

 

El otro amigo ha reconocido que el día del crimen tomó algo con el acusado en el bar en el que trabajaba Beatriz, tras lo cual ambos se dirigieron a Portugal -a apenas quince minutos del lugar del crimen-, en donde tomaron algo juntos "pero después ya no sé lo que hizo". El juicio continuará mañana con la declaración de los agentes de la Guardia Civil que se encargaron de la investigación del crimen.

Testigos describen al acusado del crimen de Arbo como alguien "obsesionado"